El bruxismo es un trastorno que se caracteriza por el rechinamiento o apretamiento involuntario de los dientes, ya sea durante el día (bruxismo diurno) o mientras se duerme (bruxismo nocturno). Este hábito puede pasar desapercibido durante mucho tiempo, pero sus consecuencias para la salud dental y general pueden ser significativas.
Existe otra clasificación para el bruxismo, dependiendo del cómo se produzca.
El bruxismo estático es el menos común y suele estar asociado a periodos diurnos. Como su propio nombre indica se produce sin llegar a mover los dientes, limitándose a apretarlos unos contra otros.
El bruxismo dinámico, sin embargo, es el más extendido y se produce (normalmente) en periodos nocturnos. Cuando ocurre, además de apretar los dientes, se suelen mover unos contra otros de izquierda a derecha o hacia adelante y hacia atrás, provocando un movimiento de fricción entre la fila superior y la inferior.
El bruxismo se puede clasificar en los siguientes grados:
Grado I: Este suele darse de manera muy ocasional sin llegar a provocar daños significativos, en ciertos periodos de estrés y de manera involuntaria, muchas veces el paciente ni siquiera lo sabe
Grado II: Este es ya un hábito en proceso de fijarse, en el que se produce de forma más frecuente y llega a producir daños perceptibles. Puede ir y venir en épocas de estrés o ansiedad.
Grado III: El paciente es consciente del alcance de su nivel de bruxismo, pero no puede parar. Los daños llegan a ser severos y pueden ocasionar fracturas en las piezas dentales, requiriendo extracciones y tratamientos más complejos e invasivos para el paciente, que realiza el hábito de forma continuada, generándole esto aún más estrés y ansiedad.
CAUSAS DEL BRUXISMO
Aunque no siempre se identifica una causa exacta, algunos factores que contribuyen al desarrollo del bruxismo incluyen:
-Estrés y ansiedad
-Alteraciones del sueño
-Problemas psicológicos
-Fármacos
-Estimulantes como la cafeína
-Alteraciones neurológicas
CONSECUENCIAS DEL BRUXISMO
FRACTURAS DENTALES: La presión excesiva puede provocar fisuras o fracturas en los dientes, que a menudo requieren tratamientos como coronas o reconstrucciones.
DESGASTE DEL ESMALTE: El esmalte no se regenera, por lo que su pérdida expone la dentina y aumenta la sensibilidad dental.
RECESIÓN GINGIVAL: La fuerza aplicada durante el bruxismo puede contribuir a la retracción de las encías.
PÉRDIDA DENTAL: En casos graves, el daño estructural combinado con problemas en las encías puede llevar a la pérdida de piezas dentales.
POSIBLES TRATAMIENTOS
Otra de las complicaciones agregadas para el bruxismo se basa en las opciones de tratamiento, que normalmente pasan por paliar las causas del mismo. El problema es realizar un diagnóstico adecuado de las mismas o tener la posibilidad de realmente atajarlo. Intentar mejorar nuestros hábitos de sueño reduciendo el consumo de estimulantes o dejando de usar el móvil una hora antes de acostarnos es algo sencillo, sin embargo, reducir nuestros niveles de estrés no suele ser algo que esté en nuestra mano cambiar de un día a otro, pues están provocados por situaciones externas.
FÉRULAS O PROTECTORES BUCALES Son dispositivos que protegen los dientes del desgaste durante la noche.
TERAPIA DE MANEJO DEL ESTRÉS: Técnicas como la meditación o la terapia psicológica pueden ser útiles para reducir el bruxismo relacionado con la ansiedad.
REHABILITACIÓN DENTAL: En casos avanzados, es necesario restaurar los dientes dañados mediante coronas, carillas o rellenos.
CORRECCIÓN DE LA MORDIDA: Si el problema es causado por desalineación dental, puede requerirse ortodoncia.
PREVENCIÓN Y CUIDADOS
-Reducir el estrés mediante actividades relajantes.
-Evitar el consumo excesivo de cafeína y alcohol, especialmente antes de dormir.
-Realizar ejercicios de relajación para la mandíbula.
-Acudir regularmente al dentista para detectar y tratar los signos tempranos del bruxismo.